Esta rubia asistió a su cita con el
ginecólogo sin saber que la sometería a muchas pruebas y exámenes a fin de comprobar que su estado de salud es óptimo y adecuado. Pero el médico está interesado particularmente en una parte de la fisonomía de esta jovencita:
su coño. Escudándose en los fines profesionales y en que es para su propio beneficio,
examina todo su coño y lo somete a varias pruebas para asegurarse que todo se encuentra a la perfección.
Tras hacer que la rubia se
desnude y se pare en el centro del consultorio,
palpa sus dos tetas para asegurarse que no haya ningún problema con ellas. Luego, osculta su pecho y escucha los latidos de su corazón, aprovechando la oportunidad para volver a tocar, esta vez con disimulo, sus tetas.
Aprovecha para tocar y estimular todo su cuerpo
Luego de la inspección inicial y superficial, el ginecólogo procede a una
inspección mucho más minuciosa de la cual no se salvará ni un solo centímetro de su cuerpo. Para ello, primero hace que la
jovencita se recueste sobre la camilla con la panza hacia arriba y que
abra las piernas. Una vez que ella se encuentra en la posición indicada,
mete un dedo en su coño para examinarlo y para comprobar qué tan bien se
lubrica y humedece ante la
estimulación externa.
Luego, hace que la rubia cambie de posición y se coloque en la
postura del perrito, encima de la camilla, para así poder examinar su
ano y deleitarse con la
expectacular visión del culo perfecto de esta mujer. Durante más de diez minutos, el afortunado ginecólogo se
relame cada vez que la hace cambiar de posición y que le realiza un examen diferente, en particular cuando permite que
sus dedos se hundan en los agujeros de la rubia
guarra.